Hablando pura y meramente
del físico
y no solamente de nalgas
o de redondos y suaves pechos
¿Cómo puede ser…
-quizás aleguen-
que el físico abarque
algo más que el culo y las tetas?
¿Qué haya algo más
que el monte de venus
y su hondonada?
Quizás ellas no recuerden
y por eso no ofrecen
o no lucen o no disfrutan;
Quizás por su culpa
de ellos, nuestra
o por culpa de ellas,
ingenuas,
algo más eréctil
que el venerado clítoris
y más agradecida
que la hierba buena.
Quizás ellas no recuerden
y por eso no ofrecen
o no lucen o no disfrutan
porque quizás se olvidaron
de sus alas.
Fernando B. Salgado